domingo, 30 de mayo de 2010

Victoria


Aram se detuvo. Esta vez sudaba de ansiedad, no de cansancio. Sintió oscuridad en el eco de la cueva. Silencio. Alzó la vista, hacia el techo rocoso que se perdía en sombras sobre él. El muchacho hundió los pies en la arena mojada, apretó sus dedos en un puño tenso.

Del fondo del lago rugió su descubrimiento, y mientras la bestia deslizaba sus múltiples cabezas del agua destellando los mil dientes, Aram ahogó un grito de victoria. No era un lunático, siempre había tenido razón. El monstruo…era real.

Respiró.
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Arte: CrackBag

Seducción



Tu tez corre tan lento

que enardece, enfurece.

Desvanece Todo.
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sábado, 8 de mayo de 2010

Trance


Ella tenía ojos cafés, y a él le encantaba ese sobrio detalle.

Él sabía que la comisura de los labios, el corte fino del mentón y los mechones que escondían sus oídos estaban todos creados para enmarcarle los ojos; tanto, que penetraban al hablar, destellaban al reír y dolían al dormir.

Si él tuvo algún momento de desvelo durante el tiempo que la conoció, se debió al invierno que lo gobernó cada noche que se despedía de ella. Si tuvo vida, fue por el elixir que los ojos destilaban.

Pero después, los ojos fulminaron, amenazaron con horrores que parecían imposibles, devastaron la paz que nunca fue de él, y se perdieron, mucho antes que ella.

Se reinventaron, pero para él sólo quedó el marco, vacío e imposible de contemplar.
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martes, 4 de mayo de 2010

Bitácora


Segundos.

Arde, sin pensar fuerzas se filtra por las venas.
Recuerdo obviarla, ignorar lo latente. Durante minutos respiré profundo, y durante horas esperé.

Días.

El ardor enfureció, a duras penas respiraba. La herida sangraba, la sentía correr. Pensé en dejarla morir y cicatrizar tras su muerte.

Semanas,

y admití que la herida crecía. Reconocí el dolor y odié el ardor. Me pregunté cuánto tiempo tendría que seguir aguantando. La cubrí con las manos, probé limpiarla, sanarla, la dejé.

Meses.

El dolor renació. La herida respiraba, pensaba, desafiaba. La vendé, por fin la vendé. Me aseguré de cubrirla, de presionarla para detener cualquier derramamiento y esperar la cicatriz.

Años.

Cambio las vendas con frecuencia, siempre empapadas.
Me pregunto si la sangre se acaba.

¿Dolor? A veces, siempre, nunca. No sé.
Cambio las vendas.
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Arte: PhatPuppy

lunes, 3 de mayo de 2010

Proceso



No atentes contra lo extraño.


De lo extraño palparás lo fantástico,

Y sólo de lo fantástico catarás lo maravilloso.

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Arte: Phatpuppy